El autor del libro y productor de la película de ‘La Sociedad de la Nieve’ ofreció una charla en un evento organizado por Grupo TRIBUNA.
Es escritor, es periodista y, escuchándole hablar, se le podría calificar de humanista. Solo alguien con una percepción tan espiritual de la vida podría relatar con la maestría que lo hizo la historia desgarradora de la tragedia de los Andes. Pablo Vierci, autor del libro de ‘La sociedad de la Nieve’, en el que se basa la obra J.A. Bayona, mantuvo, este jueves, hechizado al público reunido por TRIBUNA Valladolid en el Multiusos de Arroyo de la Encomienda. Lo hizo con cada palabra, articulada con elocuencia para sacar la belleza de lo que se generó dentro la situación más extrema posible: una sociedad de jóvenes que solo con una extrema generosidad y con ausencia de los egos de la sociedad del llano, pudo sobrevivir en el infierno helado del Valle de las Lágrimas de los Andes.
El auditorio registró un lleno, con oyentes de todas las edades que asistieron a la cita para conocer de primera mano el relato de un libro que se publicó en 2009, y del que Vierci ya había hablado en profundidad en la entrevista concedida a TRIBUNA Valladolid antes de los Goya.
La primera parte de charla, que contó con la colaboración de la DO Rueda y el Ayuntamiento de Arroyo de la Encomienda, fue un repaso a la historia, así como al desarrollo del libro y de la película. Un relato muy contado, en libros y en la gran pantalla, pero «¿por qué este es diferente?», preguntó el director de Tribuna Valladolid, Félix Ángel Carreras, al invitado de honor para iniciar el acto. «Los propios supervivientes tienen este como el más fiel a la tragedia», respondió Vierci para iniciar una narrativa rica en detalles. «Es misterioso que estemos 52 años después hablando de este tema, un tema aparentemente viejo y que, aparentemente, todos los conocían. Pero, siempre sentimos que faltaba lo que ellos habían experimentado. Ahora sí, dicen los sobrevivientes, esto es lo más parecido que se ha hecho hasta ahora a lo que ocurrió», apuntó el escritor en referencia tanto al libro como a la película.
Pablo Vierci era amigo de muchos de aquellos jóvenes que viajaban de Uruguay a Chile. Él vivió la noticia que el avión no había llegado a su destino, vivió el cese de la búsqueda y vivió, 72 días después, la noticia de la aparición de supervivientes y el momento en el que se dió la lista de los vivos en la radio. «Una sensación al mismo tiempo de alegría, por los vivos, y de tristeza, por los que no volvieron», recordó.
También estuvo presente en aquella rueda de prensa días después del accidente en el gimnasio del colegio, en el que los supervivientes contaron lo sucedido. «Los primeros titulares eran tremendos para los chicos que sobrevivieron (del 22 al 28 de diciembre). Cuando ellos en esa rueda de prensa cuentan el contexto y lo explican, el planeta Tierra lo acepta y ellos se reintegran en la sociedad y dimos un paso adelante», rememora.
Por eso, faltaba contar algo más que un relato frío y sin alma. Había que llegar al gran público lo que de verdad vivieron y sintieron los 45 ocupantes de aquel avión y meter, metafóricamente, al espectador o lector en ese avión. «Ocurre el accidente y cuando ellos descubren que están en la nada y solos, cuando escuchan en la radio que se había suspendido la búsqueda y que se los decreta muertos, eso les obliga a tomar iniciativas y a crear una sociedad nueva, diferente: novedosa, generosa y pautada por lo desconocido», detalló. No en vano, es correcto afirmar que hay 16 sobrevivientes porque hay 29 que no volvieron.
El proceso para la película
Con una historia desgarradora, hubo precedentes cinematográficos como la muy conocida ‘Viven’ (1993), pero, de nuevo, faltaba esa sensación de haber contado no solo los hechos, sino también lo que se vivió allí, incluyendo en el relato a los que no volvieron.
El primer contacto de J.A. Bayona con Vierci fue 2011 y «fue como un meteorito transatlántico», tal y como él lo describió este jueves. «Recibo un mail y lo comparto con los sobrevivientes. A todos les produce un efecto de meteorito emocional», ilustró el autor ante el público de Arroyo. «Llegamos a la conclusión de tenía que ser Bayona, porque él reúne la sabiduría y la bonad que se requiere para hablar de este tema».
Así, los presentes en la charla pudieron ver varios vídeos de cómo se rodó la película, incluyendo una de las partes más duras, tanto en los hechos reales como en la filmación: el alud. Esto, tal y como explicó, fue «desesperante» para todos. En especial para los actores, quienes rodaron con nieve real en un set angosto creado especialmente para esa escena. «La película refleja la esencia de lo que ocurrió y e generó otra ‘sociedad de la nieve’ entre los que hicieron la historia», contó.
La película se rodó con todo el cuidado de ser lo más respetuosos tanto con la historia como con los detalles de modo que cuando se terminó, se llevó a cabo un pase en Montevideo con 360 personas, entre familiares de fallecidos y supervivientes. Tal y como explicó el escritor, es en este pase cuando todos ellos se reconcilian con la memoria de lo sucedido y afirman que esta es la película que muestra con más cercanía lo vivido en la montaña. «Cuando Jota empieza a explicar la película antes de mostrarla en aquel pase, a la mitad de esa explicación se pone a llorar y se le quiebra la voz. Se hizo un silencio. Con ese gesto se creó un clima de absoluta confianza», lo que confirmó que solo él podía llevar esa historia al cine, detalló Vierci.
El público no perdía detalle de cada palabra del escritor, de modo que el turno de preguntas de los asistentes estuvo más que animado. «¿Cuando Parrado y Canessa se van a esa expedición con la esperanza de encontrar ayuda, los 14 que quedan tenían un plan B por si fracasaban?», preguntó el primero en coger el micrófono. «Ellos cuentan que si no llegaban, no iban a abandonar a los heridos, esperarían a que el último falleciera y se habrían ido hacía el otro lado, hacia el Este», contestó.
Las preguntas abarcaron un gran número de enfoques: cómo se reinsertaron en la sociedad a su vuelta, qué papel tuvo el rugby en una situación de absoluta resiliencia, si se mantiene intacta esa ‘Sociedad de la Nieve, si han superado ya el trauma. Por su parte, la gente joven se centró más en la película. «¿Ha habido alguna escena descartada?», preguntó una joven. «Rodamos 147 días, 500 horas, y la película tiene 2 horas y 24 minutos», apuntó el autor para concluir la charla y dedicar, unos últimos minutos, a firmar libros y hacerse fotografías con el numeroso público asistente.